Las mayorías indolentes...
A la indolente mayoría le gustan los títulos.
Suelen ser respetados, felicitados, y hasta inventados
(cuéntemé docktór?).
Algún que otro valiente se planta a decir por lo bajo cuanto lo envidia... y a la vida fácil que que lo rodea... tiene sus comodidades. ¿Para qué renegar de lo que a uno le toca?
A la indolente mayoría le gustan los títulos (si no, el miedo a morir de hambre, o pasarla mal, al menos) ... y las jerarquías.
"Pensar que aquél es superior, obliga a ser inferior..."
Y ahí nomás nos acomodamos, cada cual en su nidito.
A veces, el sillón también pica en la cola, ñatos.
A modo de autocensura, retiro lo escrito, ya que no es verdad.
24.3.10
22.3.10
"Cronos, las Horas, y el Boludo de Siempre perdiendo la cabeza"
Tinta sobre papel, 29 cm x 21 cm
2010
"Hablan de pampa sin ecos, cosa que no conocí..."
Me parece que me estoy volviendo un cínico... difícil, pa quien no deja de pensar... de contemplar...
porque esos ecos no se escuchan, retumban pecho adentro, sien adentro... donde duele, como dice Don José...
qué le vamos a hacer...
Tinta sobre papel, 29 cm x 21 cm
2010
"Hablan de pampa sin ecos, cosa que no conocí..."
Me parece que me estoy volviendo un cínico... difícil, pa quien no deja de pensar... de contemplar...
porque esos ecos no se escuchan, retumban pecho adentro, sien adentro... donde duele, como dice Don José...
qué le vamos a hacer...
14.3.10
Nada, y unas palabritas.
Silencio
Sin pausa no hay verso
sin espacio en blanco, no hay estrofa
sin punto al final (aunque no se vea),
no hay poesía.
Pero lo más triste es que
sin ese espacio en blanco;
sin esa pausa; sin ese punto al final
no se puede escuchar
el viento entre los árboles,
los pájaros, la chicharra
Esos sonidos, esa música
la sutil reverberación
de lo dicho, en el aire
su reflejo, en el alma
las saca de su inercia
las vuelve vivas
y las palabras finalmente son...
Sin pausa no hay verso
sin espacio en blanco, no hay estrofa
sin punto al final (aunque no se vea),
no hay poesía.
Pero lo más triste es que
sin ese espacio en blanco;
sin esa pausa; sin ese punto al final
no se puede escuchar
el viento entre los árboles,
los pájaros, la chicharra
Esos sonidos, esa música
la sutil reverberación
de lo dicho, en el aire
su reflejo, en el alma
las saca de su inercia
las vuelve vivas
y las palabras finalmente son...
Ejercicio de Idiosincrasia Nacional
"Casa de Locos VI - El milagro de la transfiguración se le presenta a un loco que no estaba listo para contemplarlo"
Óleo sobre tela 30 cm x 30 cm
2010
A los que hablan por hablar y se rasgan las vestiduras en contorsiones de histrión griego:
Una imagen vale más que mil palabras,
y una acción, ni te cuento.
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