2.3.09

Estamos poco menos que perdidos, mi viejo...
Decimos por televisión a pibes de nueve años que necesitan un celular.
Estamos siendo vaciados. Aterrorizados, asegurados o violentados (el dedo en el culo va igual, pero capaz te indemnizan).
No comprar ya no es una decisión de quien compra, es incapacidad del vendedor, por eso vuelve a llamar una voz más experimentada.
Si no sos pro, sos contra. Pero sin olvidar nunca olvidar que las marquitas de las monedas están labradas en el mismo cobre. Como si cambiara algo.
Status quo.
En nuestra cultura de hoy - fritanga sin azucar- volver del reino de la evasión (o aguantar sin morir de una sobredosis) convierte al necio en sabio y al tonto en poeta.
Como si volverse viejo fuera mérito.
Esperando envejecer puede uno volverse viejo.

Es difícil elevarse en hombre, lo harán tan sólo los que no se olvidan.
Los que no olvidan que cada instante vivido, cada gota de sudor, cada lágrima derramada no vale su peso en metálico.
Y sin embargo escribo ésto apretando los botoncitos de mi bonito teclado, del mismo plástico que los celulares que necesitamos...
Si no hay amor, que no haya nada entonces. (cantó uno)
Amén (léase: que así sea).

1 comentario:

ALEJANDRO ROSEMBERG dijo...

Muy buenos los trabajos, saludos!